Daniel El Internacional es mi seudónimo como cantante.

viernes, 21 de octubre de 2011

AY PENA, PENITA, PENA, PENA DE MI CORAZÓN


Los puristas del derecho sostienen que las penas no reducen los delitos... ¡qué pena! Será por eso que la legislación vigente tiene por consigna juzgar por el mayor delito e imponer la sentencia menor al acusado. ¡Los delitos menores como que nunca los hubiera cometido! Encima de eso, por buena conducta el dos por uno que no da dos sino la mitad, nuevo axioma matemático del "siglo veintiuno". Listo, así un violador sentenciado a diez años, a los cinco sale libre. Eso cuando tiene la "mala suerte" de ser sentenciado, porque la mayoría no lo es. En Estados Unidos, país al que los cheguevaristas que nos gobiernan odian y del cual están copiando varias cosas (por ejemplo las recompensas por los delincuentes), una violación se sentencia con cadena perpetua. Así fue el caso que lo conocí de cerca cuando viví en Miami y bien de cerca porque el tipo vivía a pocas cuadras de mi domicilio. Un hondureño conocido como "el violador de Shenandoah" que violó a varias mujeres y en medio del juicio se fugó de la cárcel haciendo sogas con sábanas. La fuga conlleva una pena de 30 años, como las penas son acumulativas en Estados Unidos, el reo fue sentenciado a cinco cadenas perpetuas y 30 años de prisión. El actual gobierno propone acumular penas pero hasta un máximo de 35 años (coincidencialmente el número político del régimen), pero a la vez, están ofertando que si se entregan y prometen no cometer más fechorías les pueden rebajar las penas y hasta concederles amnistía. No era lema del régimen "prohibido olvidar". Y desde cuándo vamos a creer en la palabra de los delincuentes de que no matarán más. Como diría mi compadre: ¿entonces qué mismo?