Amaba los colores de los hermanos indígenas, sus aliados, sus compañeritos ... Hasta hacía gala de hablar quichua que le enseñaba el Mashi, aquel, el único al que le permite que le haga bromas en público. Una sutileza exagerada de mostrar su acercamiento a los indígenas. Hasta tenía una bella indígena amazónica en su gabinete y ahora... Esos eran otros tiempos, los tiempos de pantomimo, de teatro engañoso, de falsaria. Ahora los indígenas -para Él, Su Majestad- son parte de los pelucones (ponchodorados), de la prensa corruCta, de sus enemigos. Y por eso a la reunión del Alba, en Otavalo (ciudad emblema de la lucha indígena) para tratar asuntos indígenas, ¿sabe a quiénes NO invitó?... A los indígenas. Sí, como Ripley, aunque usted no lo crea, la Conaie fue apartada (descolada) de dicha reunión. Y encima amenazada. No lo cree. Yo tampoco. Es que la realidad supera la fantasía. Macondo es un sitio pobre, triste y olvidado porque la fantasía que pasa en Ecuador es superior, muy superior a las mariposas amarillas.
