Daniel El Internacional es mi seudónimo como cantante.
lunes, 21 de septiembre de 2009
ROLINDO, CABEZA DE TURCO
Periodista, a ti que te mandaron a la casa de la... y unos muchachos corearon la palabra (con transmión en vivo y en directo a todo el país), el nuevo dueño del país mencionó que no te debías enojar, por el sitio a donde te enviaba porque era el nombre del palo principal de una nave marítima. Pero precisamente allí es donde quieren colgar la cabeza de toda la prensa privada. ¡Ah! Está claro. La prensa privada debe quedar PRIVADA de su derecho al libre ejercicio de su tarea y quieren confiscar el derecho a la información, a todos. Y es aquí, precisamente, que aparece quien redacta un proyecto de ley de comunicación, quien antes ejerció de comunicador sin tener título y las hace, ahora, de jurisconsulto, también, sin tener título. Alguien podría sugerirle que saque algún título para que haga algo realmente importante...
viernes, 11 de septiembre de 2009
REQUIEM POR COSURCA Y MEGAMAQ
Los peores enemigos de Fabricio, son los mejores amigos de su hermano menor, Rafael Correa. Le cancelaron todos sus contratos con el Estado. Negocios que nunca debió tenerlos, así dice la ética a los corazones ardientes de manos limpias. Ahora lo vemos dando patadas de ahogado, dando y reventando, mostrando que los medianamente listos son completamente malos perdedores. Grita, entre otras cosas, que el ministro que firmó la terminación unilateral de los contratos, antes era un cambiafocos en Carondelet. Fue el primer gil que obedeció la orden de firmar y por eso lo hicieron ministro, destaca. Refiere que esta revolución ciudadana, que va de tumbo en tumbo, parece un sexto velasquismo. “Por el ojo tuerto te roban, ñaño”, gritaba.
viernes, 4 de septiembre de 2009
NO ES LO MISMO UN PHD QUE UN HDP
Bien bonita la idea de mejorar la educación en el país. Otro eterno cuento politiquero. Cada nuevo presidente decide mejorar la educación. Ninguno lo ha logrado, solo se han inventado nuevos nombres o eslóganes. Con una nueva ley de educación superior, pretenden desaparecer, entre otras cosas, la autonomía universitaria y convertir la universidad en una oficinita bajo el mando de Carondelet. Dicen que los profesores deben ser PhD, buena idea, pero quiero ver de dónde sacan esos profesores PhD y si les van a pagar de acuerdo con ese título. Quiero ver.
SÁBADO DE RECORDAR, SÁBADO DE GUARDAR
El sábado era el día que siempre quería ver salir entre las macetas llenas de distintas flores de mi padre. Después de un baño tibio y con ropa limpia, preparada para el sol, caminaba hacia la cancha de mi barrio. Empinaba cuatro empanadas de morocho y un vaso grande con limonada o naranjada, listo y de buen ánimo para mirar el voly. Los eternos rivales -y más taquilleros- eran un flaco alto barbado apodado Fusil y otro más bien pequeño y gordo, apodado Capitán. Armaban cada uno sus equipos, calentaban un poco sus extremidades y afilaban aún más, sus alargadas lenguas. Jugaban como maestros, pero su prodigiosa habilidad, en el voly de tres, no era la principal atracción. Eran las venenosas palabras que emergían de sus bocas las que despertaban el interés en la afición. Y vaya qué afición. Alrededor del rectángulo de la cancha no había como acomodar un alfiler una vez empezado el partido. Mientras el balón saltaba por la red, las palabras contra el adversario afloraban raudas, veloces, punzantes y sobre todo, siempre cargadas de humor en múltiples colores. Cargadas sobre todo digo, de una gran originalidad que se estrenaba sábado a sábado. El Fusil y el Capitán eran grandes amigos, se respetaban mucho tanto que, hasta en el irrespeto de lanzarse frases punzantes, también se mostraban respeto. Y en cada frase arrancaban risotadas de la afición. Este par de amigos y rivales eran la atracción valiosa y gratuita en la mañana del sábado. Así fueron antaño mis sábados. Ya no sé nada del Fusil ni del Capitán, deben haber envejecido. La cancha tampoco existe, en su lugar está un mercado lleno de mucho desorden y maloliente suciedad, que hacen imposible acercarse a los recuerdos. El Fusil y el Captán han sido sustituídos por el Presidente. El sábado está ahora, encadenado, ocupado por un desarmonioso ruido de mercado, lleno de irrespeto, prepotencia, insultos primitivos sin chispa ni humor, con demasiados disparates que conducen a la rabia o a la depresión. Por eso prefiero que la radio y la tv estén desconectadas, en silencio, y a veces silvar el condor pasa hasta que llegue el domingo.